Los 7 potajes una tradición culinaria del jueves santo

 

7 potajes

Los andinos como leía por allí, somos muy buenos guardianes de las costumbres,  costumbres nativas y aquellas  que han llegado gracias a la transculturización y que para darle un toque más andino y venezolano le añadimos una variación muy propia que le da nuestro sello autentico.

Como buenos guardianes también somos buenos trasmisores de esas costumbres. La semana mayor se vive con mucho fervor y sobre todo respeto, en especial los días del triduo pascual, con anterioridad a esto se realizan todos los trabajos y elaboraban alimentos que se conservaban para los días de la pasión, muerte y resurrección del señor, considerando de acuerdo a las creencias, que estos días, correr, pisar fuerte, saltar, jugar, oír música, es maléfico.  Al hablar de religión, es importante destacar que, no hay otro lugar del país donde se realicen tantas tradiciones religiosas como en los pueblos andinos de Táchira, Mérida y Trujillo. Ya son bien conocidas las paraduras, las procesiones del Nazareno, los vía crucis, las visitas a los 7 monumento o siete templos, las grandes fiestas a santos que veneran en cada aldea, pueblo o ciudad, entre otros.

En vísperas del ayuno del viernes santo y para conmemorar la última cena se acostumbraba en el Siglo XIX celebrar en las casas de las familias más pudientes un banquete que constaba de 7 platos.

A partir de eso, el jueves santo como antesala al ayuno que debe guardarse el viernes santo; toda la familia se reúne en la mesa para degustar los 7 potajes, “siete platos o siete comidas”. La tradición culinaria, donde variedad de platos típicos en conjunto son acabados y así se evoca la última cena de Jesús antes de su crucifixión. En los andes venezolanos, los 7 potajes constan según los autores del blog sabrosísimo (2013) de: sopa, arroz, pescado, macarrones, ensalada (zanahoria, cebolla, lechuga, remolacha), torta y dulce.

Con el acontecer del tiempo, cada familia y cada poblado de la cordillera andina venezolana, ha sumado variantes y nuevos elementos culinarios al menú de los jueves santos. Es así como, algunos platos mencionados en el párrafo anterior han sido sustituidos y/o acompañados por  la chicha, el masato, el cuchute, las arepas de harina de trigo, las terronas, el popular pan de semana santa y el chocolate caliente…

Tradición de siglos

“Mezclar harina de trigo, manteca de cerdo, mantequilla criolla, natilla, azúcar, leche, huevos, polvo de hornear, sal y amor, amasar con fuerza, y darle forma al pan mientras el horno de leña se va alistando, consumidas las brasas, se mete el pan al horno y se cierra hasta que este se hornee con el vapor” es la receta del pan de semana santa rescatada de la oralidad.

“las terronas son parecidas a las paledonias por la forma, son hecha de maíz bojo, panela, mantequilla, harina de trigo...”

La tasa de chocolate caliente destaca el jueves santo. Esta bebida es de origen indígena que se conocía en tiempos precolombinos como chorote. La preparaban a base de cacao, las civilizaciones originarias de Los Andes venezolanos, así como los pueblos tolteca y azteca de Centroamérica y de la parte meridional de Norteamérica.

En la actualidad, esta tradición culinaria de Semana Santa, se abre camino a través del tiempo de generación en generación y encuentra en las entonces insospechadas tecnologías, y en la migración un medio que las propaga a todos los rincones.

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