Pan casero o pan de semana santa. Elaboración en horno artesanal.

 


Por estos días en los que se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, los pueblos andinos se preparan también, para repasar y compartir tradiciones muy propias de estas fechas. Años atrás, los días previos al jueves santo, incluso antes del domingo de ramos, las personas realizaban compras para preparar los alimentos en toda la semana santa; y así, guardar estas fechas en silencio, comunión y oración; de tal forma, que la próxima salida a comprar y hacer otras labores fuese después del domingo de pascua.


Aun en nuestros pueblos, hay familias muy celosas con estas fiestas, se trabaja solo hasta el miércoles santo, nada de pisadas fuertes, ruidos, juegos de mesa y otras actividades jueves, viernes y sábado. Todos se organizan para ir preparando consumes, platos, bebidas, que  sumaran a los siete potajes.

Arepas de harina de trigo, chicha, terronas, pan casero a la leña, que se conoce coloquialmente como pan de semana santa, y otros platos más, son parte de esas tradiciones culinarias en las que toda una familia trabaja.


Una de las características populares de la arquitectura andina, es la existencia de un horno exterior adosado  a la vivienda, que se utiliza entre otras cosas, para elaborar el pan. Este tiene forma de iglú, elaborado con ladrillos recubierto de barro o greda para conservar bien el calor, que se sostiene en una base con moldes de madera. El hoyo donde el pan es introducido no debe ser muy grande pues el horno tiende a enfriarse rápidamente; pero aun así, debe ser lo suficientemente amplio para que el fuego se airee.

Horno artesanal elaborado con ladrillo y revestido de barro o greda con el fin de conservar el calor dentro de la bóveda del horno, para la cocción de el pan y cualquier otro alimento.


El horno comienza a calentarse con brasadas de leña hasta que este coja la temperatura apropiada, el aire tiene que venir a favor del fuego, y entrar por la boca del horno para sacar el humo por la chimenea. En ocasiones, el aire va en contra de la boca del horno, esto implica un gasto más de leña hasta que el horno tome la temperatura adecuada.


Pan casero o pan de semana santa, listo para ir al horno.


Mientras el horno calienta, la harina comienza a prepararse; para que todo salga bien, deben mezclarse los ingredientes en las proporciones adecuadas.

1 kg de harina

2kg de harina

½ kg de azúcar

1kg de azúcar

3 huevos

6 huevos

Una cucharada de bicarbonato o polvo de hornear o leche fermentada

bicarbonato o polvo de hornear o leche fermentada

Una pizca de sal

Una pizca de sal

Leche para amasar

Leche para amasar

 

El proceso comienza cerniendo la harina, para que la mezcla sea más ligera, quede más esponjosa y crezca notablemente. Poco a poco se van integrando los demás ingredientes sólidos, azúcar, mantequilla, bicarbonato y huevos, integrando todo como uno solo. Posteriormente, se agrega la leche, lo suficiente para que la masa tome consistencia, pero que esta no quede tan humedad, evitando el uso de más harina. Unos cuantos minutos amasando para que todo se incorpore bien hasta que el amasado llegue a su punto. Cuando se presiona la masa con el dedo, y luego de hacer presión esta vuelve a su forma original, ya el amasado está en su punto, listo para darle forma al pan.


Armar el pan consiste en amasar independientemente cada una de las piezas que se va a elaborar. La forma de cada una de las piezas es fruto de la imaginación de cada panadero, medialuna, trenzas, roscas y otras formas.

Hasta que se lleve al horno, cada pieza se guarda al abrigo de una tela para que esta no se enfrié. Al calor de la tela, la masa aumenta su volumen.

Limpiando las cenizas y retirando las brasas del horno, luego se tapan los orificios externos, como el agujero de la chimenea y la boca del horno, esto con el fin de conservar el calor allí.


Finalmente, se sacan las brasas del interior, y las cenizas con una escoba elaborada con ramas. Es importante, que se cierren las comunicaciones del horno con el exterior (chimenea, y boca del horno) para que no se vaya el calor.

Llega el momento de la cocción, en bandejas se introducen todas las piezas del pan elaboradas, se debe hacer con rapidez para que el horno no se enfrié. Se coloca la tapa para que el calor no se vaya y así pueda hornearse el pan.


Introduciendo el pan


Como el interior del horno está muy caliente, los panes se cuecen enseguida. El color del pan dice que este ya está horneado, el mismo pan lo dice.

Pan horneado



Se deja enfriar por un rato fuera de la bandeja, allí se termina de cocer; luego, se degusta con un buen vaso de leche fría, café y queso andino.



Parte del proceso de elaboración del pan artesanal.



Cocinar con leña es todo un arte, distinto a cocinar con otros métodos u hornos convencionales, la leña le da un sabor único a la comida, el pan casero o de semana santa es diferente en sabor y textura.

Hoy varios equipos de personas se preparan para amasar varios kilos de harina y hornear el pan en estos hornos artesanales, el proceso dura todo un día. El producto final luego se usará en los siete potajes.


En Pregonero la preparación de éste varia, dependiendo de como fue enseñada su preparación y de la zona.

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